Como ya expresaba en un artículo anterior sobre el Mindfulness (“Mejora tu ansiedad con técnicas de Mindfuness”), esta técnica de meditación basada en la atención plena es muy beneficiosa para abordar diferentes problemas psicológicos y emocionales. Si sientes que en tu vida hay demasiado estrés, te sientes desbordado por todo lo que tienes que abarcar, te preocupas en exceso por todo lo que ocurre a tu alrededor, tienes miedos que te frenan, sientes que en ocasiones pierdes el autocontrol, o a veces te sientes triste y con pocas ganas de hacer nada, quizás la práctica del Mindfulness te pueda ayudar.
Practicar el Mindfulness implica desarrollar la atención plena, un tipo de consciencia que emerge de centrar la atención en el momento presente sin intención valorativa y con total aceptación; es decir, debemos prestar atención a las cosas tal como son en un momento determinado sin juzgar, sean como sean, y no como queramos que sean. Características de la atención plena:
Cuando nos sentimos mal, sea por el motivo que sea, el problema en sí mismo no son las sensaciones desagradables que podamos tener (miedo, enfado, tristeza), sino cómo reacciona nuestra mente ante ellas. Estas emociones persisten porque reaccionamos emocionalmente ante nuestras propias emociones. Las últimas investigaciones demuestran cómo nuestros estados emocionales pueden tener un efecto tan esencial en nuestras mentes, y es que cuando esas emociones desagradables surgen, los pensamientos y los recuerdos relacionados con ellas y que nos hizo infelices regresarán de forma automática. Así que es probable que cuando nos sintamos mal nos dejemos sumergir en ese patrón de pensamiento negativo, ese pensamiento crítico que no nos permite salir de ese estado. Pero afortunadamente la evolución nos ha dado un recurso fantástico como alternativa a ese pensamiento crítico, la consciencia. Esta consciencia es la que nos va a permitir desconectar intencionalmente el modo de piloto automático con el que funcionamos gran parte del día y experimentar las cosas a través del cuerpo y de todos los sentidos. Veamos un ejemplo de consciencia plena, propuesta por Thich Nhat Hanh, un famoso maestro de zen y profesor de Mindfulness en todo el mundo. Éste describe dos maneras de lavar los platos: con consciencia plena, que es aquella en que se es completamente consciente del proceso y se observa el agua, el detergente, los olores, los sonidos, las sensaciones y el movimiento del cuerpo cuando se trabaja. La otra manera es lavarlos sin restar atención, mientras se piensa en otras cosas. A continuación te propongo uno de los ejercicios más conocidos de Mindfulness para que te vayas familiarizando con esta técnica: Comer una pasa: una primera experiencia de atención plena:
El ejercicio de la pasa, aparentemente sencillo, nos puede llevar a reflexiones profundas e importantes y nos demuestra lo mucho que nos perdemos cuando desconectamos de la rica fuente de información procedente de la experiencia sensorial. Ángeles Benítez Rey Psicóloga Sanitaria - psicoterapeuta de Grupo DICTEA Directora del Área de Psicología de Grupo DICTEA