Me gusta imaginar y pensar que cada uno de nosotros tenemos en nuestro interior una caja de luces, algunas encendidas y otras apagadas aún (lo que no quiere decir que no las podamos encender), que nos proporcionan esa energía y vitalidad que nos hace sentir pletóricos y felices. Estas luces imaginarias son los recursos, técnicas y estrategias que todas las personas tienen en su interior o que se pueden aprender, que tienen una utilidad y le producen un beneficio extraordinario. Estos bienes son muy potentes porque hacen que nos vayamos iluminando hasta alcanzar ese brillo natural que todo ser humano posee de forma innata. ¿Quién dice que no podemos brillar? Está claro que todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras, nadie es perfecto, pero si lo pensamos bien, muy a menudo vivimos alejados de ese ser extraordinario que somos y que nos lleva a vivir plenamente. Tenemos la creencia de que no somos suficientes, pensamos en algunas características nuestras como algo negativo, imagen distorsionada de nosotros.
Entonces, ¿qué podemos hacer para que esa caja de luces brille como debe? A continuación te propongo algunas claves para conseguirlo:
Estas claves ponen atención en aquello que te puede hacer crecer, dándote permiso para brillar. Tu esencia es única, has aprendido a valorar lo que eres, a quererte sin más. Ahora toca volver a la normalidad, pero siendo diferente y con más claridad. Abrir las puertas, quitar los cerrojos, abandonar las murallas que te protegieron, vivir la vida y aceptar el reto, bajar la guardia y extender la mano desplegar las alas e intentar de nuevo celebrar la vida y retomar los cielos. Abrir las puertas, quitar los cerrojos, recuperar la risa, ensayar un canto, MARIO BENEDETTI Ángeles Benítez Rey Psicóloga de Grupo DICTEA