Tanto las emociones como los pensamientos tienen una enorme influencia en cómo respondemos ante una determinada situación, en cómo actuamos. Sin embargo, lo que pensamos no siempre es objetivo ni se corresponde con la verdad absoluta, sino que puede estar condicionado por lo que sentimos en ese momento (las sensaciones desagradables, por ejemplo, nos hacen ser más negativos) o por nuestra propia experiencia o historia, que nos hace interpretar la realidad de una u otra manera. En esta última cat...