En determinados estados anímicos producidos por situaciones adversas o difíciles que conllevan un gran sufrimiento emocional, pueden aparecer diversos trastornos físicos. Estas molestias conforman un cuadro variado de síntomas que van desde contracturas musculares, bloqueos articulares y cefaleas hasta trastornos del sueño y la alimentación, que se traducen en mayor tensión, aumento de los niveles de angustia y malestar general, contribuyendo a empeorar el mencionado estado anímico y emocional.
Al golpearnos, instintivamente nuestra primera reacción es llevarnos la mano al lugar donde sentimos dolor, porque ese contacto nos alivia. Pues bien, a través de las distintas técnicas manuales y del estiramiento muscular podremos mejorar, hasta eliminar, no sólo los problemas producidos por traumatismos, malas posturas, sobrecargas musculares y la vida sedentaria que llevamos, sino que también reduciremos en gran medida las consecuencias nocivas producidas en nuestro cuerpo por la ansiedad, la tristeza y el stress.
¿Para qué sirve el quiromasaje?
El quiromasaje es útil por sí mismo ya que nos ayuda a sentirnos mejor físicamente. Sus beneficios principales son:
• Eliminación de dolores, tensiones musculares y mareos cervicales.
• Relajación producida por el bienestar físico.
• Mayor facilidad para conciliar el sueño.
Pero además, es compatible con las terapias psicológicas, ya que no interfiere en ellas, pudiendo resultar una herramienta complementaria en el trabajo del psicólogo y contribuyendo en la recuperación tanto física como mental de los pacientes.
¿Cómo funciona?
Las manos del Quiromasajista realizan sobre los tejidos diferentes amasamientos, percusiones, palmadas, fricciones y vibraciones que provocan cierta aceleración del riego sanguíneo, mejorándolo y llevando la sangre a lugares donde por algún motivo ese riego es deficiente. Esta entrada de sangre oxigena la zona tratada y permite la absorción de nutrientes; los tejidos se relajan y ablandan, eliminándose la tensión acumulada.
El quiromasaje actúa también sobre el sistema nervioso periférico a través de la estimulación de las terminaciones nerviosas situadas en nuestra piel.